“La balanza de la justicia cósmica tiene dos platillos en perfecto equilibrio.
En uno de esos platillos está la sabiduría y en el otro el amor.
Todo desequilibrio de la balanza es castigado por los Leones de la Ley”
Samael Aun Weor, “Rosa Ignea”, cap. XX
Ante todo es necesario que la gente entienda lo que significa la palabra sánscrita “KARMA”. No está por demás aseverar que tal palabra, en sí misma, significa LEY DE ACCION Y CONSECUENCIA. Obviamente, no existe causa sin efecto, ni efecto sin causa; cualquier acto de nuestra vida, bueno o malo, tiene sus consecuencias…
Hoy he estado reflexionando en la desgracia de nuestro mundo: cuán felices serían estos “humanoides intelectuales” si nunca hubiesen tenido eso que se llama Ego, “YO”, Mi mismo”, “Sí mismo”. Es indubitable que el Ego comete innumerables errores cuyo resultado es el dolor.
Lo único que se requiere para tener derecho a la verdadera felicidad, es ante todo no tener ego. Ciertamente cuando no existen dentro de nosotros los “agregados psíquicos”, los “elementos inhumanos” que nos vuelven tan horribles y malvados, no hay Karma por pagar y el resultado es la felicidad…
No todas las criaturas dichosas que viven en los mundos del espacio infinito han alcanzado la Maestria; sin embargo, se encuentran a tono con el orden cósmico, porque no tienen Ego.
Cuando uno vive de acuerdo con el recto pensar, el recto sentir y el recto obrar, las consecuencias suelen ser dichosas. Desafortunadamente el pensamiento justo, el sentimiento justo, la acción justa, etc., se hace imposible cuando una segunda naturaleza inhumana inhumana actúa en nosotros, dentro de nosotros y a través de nosotros, aquí y ahora….
Afortunadamente mis caros hermanos, la Justicia y la Misericordia son las dos columnas torales de la Fraternidad Universal Blanca…. La Justicia sin Misericordia es tiranía; la misericordia sin justicia es tolerancia, complacencia en el delito.
En este mundo en que nos encontramos, se hace necesario aprender a manejar nuestros propios negocios, para enrumbar el barco de la existencia a través de las diversas escalas de la vida.
El KARMA es negociable, y esto es algo que puede sorpreder muchísimo a los secuaces de diversas escuelas ortodoxas. Ciertamente, algunos pseudo-esoteristas y pseudo-ocultistas se han tornado demasiado pesimistas en relación con la Ley de Acción y Consecuencia; suponen equivocadamente que ésta se desenvuelve en forma mecanicista, automática y cruel. Los eruditos creen que no es posible alterar la Ley (lamento muy sinceramente tener que disentir con esta forma de pensar). Si la Ley de Acción y Consecuencia no fuera negociable, ¿entonces dónde quedaría la misericordia divina? Francamente yo no puedo aceptar crueldad en la Divinidad. Lo real, aquello que es todo perfección, eso que tiene diversos nombres tales como Tao, Aum, INRI, Zen, Alá, Brama, Dios o mejor dijera Dioses, etc., etc., en modo alguno podría ser algo sin misericordia, cruel, tiránico, etc. Por todo ello repito, en forma enfática, que el KARMA ES NEGOCIABLE…
Cuando una ley inferior es trascendida por una ley superior, la ley superior lava a la ley inferior…
Haz buenas obras para que pagues tus deudas…
Al leon de la ley se le combate con la balanza…
Quien tiene con que pagar, paga y sale bien en sus negocios; quien no tiene con que pagar, pagara con dolor…
Si en un platillo de la Balanza Cósmica ponemos las buenas obras, y en el otro la malas, es evidente que el Karma dependerá del peso en la balanza. Si pesa más el platillo de las malas acciones, el resultado serán las amarguras. Sin embargo, es posible aumentar el peso de las buenas obras en el platillo del fiel de la balanza, y en esta forma cancelaremos KARMA sin necesidad de SUFRIR. Todo lo que necesitamos es hacer buenas obras para aumentar el peso en el platillo de las buenas acciones.
Ahora comprenderán ustedes, mis buenos amigos, lo maravilloso que es hacer el bien; no hay duda de que el recto pensar, el recto sentir y el recto obrar son el mejor de los NEGOCIOS.
Nunca debemos protestar contra el KARMA; lo importante es saberlo negociar. Desgraciadamente a la gente lo único que se le ocurre, cuando se halla en una gran amargura, es lavarse las manos como Pilato, decir que no ha hecho nada malo, que no es culpable, que es una alma justa, etc,etc,etc, Yo les digo a los que están en la miseria, que revisen su conducta, que se juzguen a sí mismos, que se sienten aunque sea por un instante en el banquillo de los acusados, que después de un somero análisis de sí mismos, modifiquen su conducta; si esos que se hallan sin trabajo se tornasen castos, infinitamente caritativos, apacibles, serviciales en un cien por ciento, es obvio que alterarían radicalmente la causa de su desgracia, modificándose en consecuencia el EFECTO.
No es posible alterar un efecto si antes no se ha modificado radicalmente la causa que lo produjo, pues como ya dijimos, no existe efecto sin causa, ni causa sin efecto. No hay duda de que la miseria tiene sus causas en las borracheras, en la asqueante lujuria, en la violencia, en los adulterios, en el despilparro y en la avaricia, etc., etc.
No es posible que alguien se encuentre en miseria cuando el PADRE QUE ESTA EN SECRETO, se encuentra presente, aquí y ahora.
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El PADRE que está en secreto tiene poder suficiente para darnos y para quitarnos también. (DICHOSO EL HOMBRE A QUIEN DIOS CASTIGA..).
El KARMA es una medicina que se nos aplica para nuestro propio bien. Desgraciadamente, la gente en vez de inclinarse reverente ante el eterno Dios Viviente, protesta, blasfema, se justifica a sí misma, se disculpa neciamente y se lava las manos como Pilatos. Con tales protestas no se modifica el KARMA; al contrario, se torna mas duro y severo.
Reclamamos fidelidad al cónyuge, cuando nosotros mismos hemos sido adúlteros en ésta o en vidas precedentes; pedimos amor cuando hemos sido despiadados y crueles; solicitamos comprensión cuando nunca hemos sabido comprender a nadie, cuando jamás hemos aprendido a ver el punto de vista ajeno; anhelamos dichas inmensas, cuando hemos sido siempre el origen de muchas desdichas; hubiéramos querido nacer en un hogar muy hermoso y con muchas comodidades, cuando no supimos en pasadas existencias, brindarle a nuestros hijos hogar y belleza; protestamos contra los insultadores, cuando siempre hemos insultado a todos los que nos rodean; queremos que nuestros hijos nos obedezcan, cuando jamás supimos obedecer a nuestros padres; nos molesta terriblemente la calumnia, cuando nosotros siempre fuimos calumniadores y llenamos al mundo de dolor; nos fastidia la chismografía, no queremos que nadie murmure de nosotros, y sin embargo, siempre anduvimos en chismes y murmuraciones, hablando mal del prójimo, mortificándole la vida a los demás; es decir, siempre reclamamos lo que no hemos dado, en todas nuestras vidas anteriores fuimos malvados y merecemos lo peor, pero nosotros suponemos que se nos debe dar lo mejor….
Los enfermos en vez de preocuparse tanto por sí mismos, deberían trabajar por los demás, hacer obras de caridad, tratar de sanar a otros, consolar a los afligidos, llevar al médico a los que no tienen con qué pagarlo, regalar medicinas, etc.; así cancelarían su KARMA y sanarían totalmente… Quienes sufren en sus hogares, deberían multiplicar su humildad, su paciencia y serenidad; no contestar con malas palabras, no tiranizar al prójimo, no fastidiar a los que nos rodean, saber dispensar los defectos ajenos con una paciencia multiplicada hasta el infinito; así cancelarían su KARMA y se volverían mejores…
Desgraciadamente mis queridos amigos, ese EGO que cada cual lleva dentro, hace exactamente lo contrario a lo que aquí estamos diciendo. Por tal motivo considero urgente, inaplazable, impostergable, reducir el “MI MISMO” a polvareda cósmica.
Extracto conferencia de: Samael Aun Weor